Nefertari jugando al senet

Nefertari, que no Nefertiti. Ambas unas de las reinas más famosas de toda la historia del Aniguo Egipto.
Nefertiti fue la esposa del famoso Amenofis IV o Akhenatón, sin embargo Nefertari lo fue de Ramsés II. Las dos gozaron de gran prestigio, es así que sus nombres y representaciones llegan hasta nosotros (a pesar de las que se hayan perdido por el camino).

El alabado faraón de la dinastía XIX, RamsésII, levantó un gran número de edificios en honor de los dioses, de su propia persona y también de su esposa preferida. Entre los más conocidos hallamos sin duda el Gran y Pequeño Speo de Abu Simbel, pero estos los trataremos en otra ocasión.

Abu Simbel,1905
Abu Simbel,1905

También cabe destacar la Tumba de las Reinas en el Valle de las Reinas, en Tebas. La decoración interior es extraordinaria, con un techo celestial cuajado de estrellas. La temática principal es la vida de ultratumba, apareciendo así la reina en diferentes situaciones junto a divinidades y celebrando diversos ritos.

Tumba Nefertari. Valle de las Reinas.

Pero en concreto vamos a centrarnos en una pintura mural conocida como «Nefertari jugando al senet», una representación muy singular y curiosa.

El senet era el juego y pasatiempo por excelencia del pueblo egipcio. Junto con otros como el oware o el Juego Real de Ur, se trata de uno de los juegos de mesa más antiguos de la historia. Destacaba entre las clases altas, aunque podría encontrarse entre todos los estatus. Esto se deduce gracias a los ajuares de las tumbas y a representaciones en las que aparecen jugando al senet no sólo faraones o miembros de la realeza, sino también altos dignatarios e incluso esclavos. Es por ello que puede observarse en materiales muy diversos (según el nivel económico): terracota, hueso, madera, metal, lapislázuli…

Es un juego para dos contrincantes y consta de un tablero de tres filas paralelas con diez casillas cuadradas y un número de piezas, que dependiendo de la variante del juego, pueden ser entre diez y veinte.

Normalmente las piezas de ambos jugadores eran muy diferentes, siendo las de uno de forma cónica y las del otro de forma cilíndrica y, a su vez, unas de color oscuro y otras de color claro para distinguir las fichas de cada uno, esto dependía también del material del que estaban hechas las piezas.

Algunas casillas presentan marcas o símbolos jeroglíficos, lo que no ha podido descifrarse del todo, ya que el juego se difundía de forma oral y las reglas se han perdido. Como particularidad mencionar que, si una ficha cae en la casilla 27 debe comenzar desde la casilla 15, como sucede en algunos juegos como La Oca.

Se utilizan cuatro pequeñas tablillas, que simulan dados, para determinar los avances de las fichas. Estas tablillas tenían una cara lisa mientras que la otra presentaba un color diferente o un dibujo pintado o grabado para poder distinguirlas. De esta forma se calculaba el número para mover las fichas.

Como puede observarse es un juego similar al ajedrez, en el que el objetivo consiste en la captura de las fichas del adversario.

Senet de Amenhotep III, Museo de Brooklyn
Senet de Amenhotep III, Museo de Brooklyn

De forma anterior y posterior encontramos representaciones del senet en el arte egipcio. No es el hecho de encontrarlo representado lo que convierta a esta pintura en una especial, si no el hecho de que Nefertari se encuentre jugando contra un contrincante invisible. Curioso cuanto menos. 

nefertari ajedrez

Al parecer, el senet no sólo tendría un sentido lúdico, sino también religioso. Es por eso que podemos encontrarlo en estos complejos funerarios. Se trataría de una forma de alcanzar la vida de ultratumba, venciendo a ese contrincante invisible y logrando esa otra vida, que para los egipcios tiene connotaciones positivas.

La importancia que dan los egipcios al más allá es evidente, y podemos verla reflejada en esta pintura, en la que Nefertari se muestra con todos sus atributos reales y la abertura de su indumentaria vendrían a significar que aún sigue entre el mundo de los vivos.

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